El perro de salvamento (3)
Vínculo fundamental
En un mismo perro pueden compatibilizarse armoniosamente las funciones de compañía y rescate. Bien entrenado, aprenderá a diferenciar cuándo es trabajo y cuándo es diversión. De hecho, los expertos entrevistados por Mascotasyhogar.com coinciden en que es fundamental que el can viva en el hogar del guía. "No sirve de nada tener un perro en una jaula y después pretender que éste responda bien ante una emergencia", afirma Rubio, añadiendo que "tiene que estar mimadísimo porque está dando por los demás algo que no dan ni por ellos mismos".
En una operación de salvamento, el animal está entrenado para detectar vida y el guía debe saber interpretar sus señales y sus reflejos corporales. En esta línea, Herrán manifiesta que "el hecho de que el animal conviva con nosotros nos permite aprender a conocerle perfectamente, lo que durante una intervención se traduce en que sepamos leer al perro perfectamente. Lo mismo ocurre con él: al conocernos, el vínculo será mucho mayor. Así, tendrá un apoyo psicológico importantísimo sólo por el hecho de estar con su guía". El riesgo es muy alto De este modo, el propietario del can está faltando a su auténtico deber. "El guía debe tener muy claro que su perro, aunque sea también su mascota en casa, es su herramienta de trabajo y está a disposición del ser humano, por lo que deberá correr los peligros necesarios para desempeñar su tarea". En resumen, se trata una disciplina que implica vidas humanas y en la que la compenetración debe ser absoluta.
|
0 comentarios