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Perros y gatos

Primera visita al veterinario

Incluso antes de llevar a tu cachorro a casa, debes realizar la primera visita al veterinario, ya que corres el riesgo de transmitir una infección a algún miembro de tu familia.

En su primera cita, debes informarte de todo aquello que no sepas, o reafirmar lo que creas saber. Sólo debes tener presente los conocimientos de un profesional; el veterinario es quien mejor te puede asesorar. Mientras tanto, te damos algunos consejos:

1.- No debes exponerlo a zonas de riesgo, calle u otros perros no vacunados, al menos hasta una semana después de su segunda vacuna.

2.- No debes bañarlo hasta acabar todas las vacunas de cachorro, disminuirías sus defensas.

3.- Ten siempre tu cachorro vigilado y, si lo vas a dejar solo, cuidado con el agua, cables eléctricos, objetos punzantes y todo aquello que esté a su pequeño alcance. Hay partidarios de dejar encerrado al cachorro en una habitación o jaula grande mientras está solo. Si optas por esto, asegúrate de que tiene espacio suficiente, juguetes para combatir el aburrimiento, agua, comida, y de que la temperatura del recinto va a ser la adecuada durante tu ausencia.

4.- Realiza limpieza de oídos una vez en semana, cortes de uñas periódicamente y, si tu perro es de pelo largo, infórmate de cuándo le conviene su primer pelado.

5.- Mantén a tu animal en el lugar en el que vaya a estar en su edad adulta, recuerda que si le permites algo de cachorro, es normal que te lo pida de adulto. No es justo, por ejemplo, que lo subas al sofá cuando es pequeño y cuando sea grande no le dejes ni asomar los morros por el salón. Cuanto antes le establezcas sus rutinas, mejor para todos.

6.- ¡A dormir! Si tu pequeño compañero es de los que se dan el gran sofocón a la hora de acostarse, aquí van los siguientes consejos: si lloran, no refuerces su actitud acudiendo a socorrerlos, sabemos que es duro pegar un ojo con un cachorro llorando, pero no se morirá de la pena. Aguanta dos o tres noches, seguro que se acostumbra poco a poco.Si el concierto no cesa de intensidad, busca ayuda en un adiestrador o en un veterinario especialista en comportamiento. Aún así, intenta consolarlo poniéndole compañía en las noches de soledad: podría servirte una bolsa de agua caliente envuelta en una manta con pelitos (ten mucho cuidado de que no se queme). También te serviría algún objeto de su anterior hogar o un peluche y un despertador (no nos valen los digitales, se trata de que escuche el 'tic-tac', como si fuera el corazón latiente de su madre). O simplemente ese zapato por el que siente predilección. Si sigues nuestros consejos, seguro que después de unos días dormirá a pierna suelta... ¡y tú también!

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