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Perros y gatos

Ácaros de la sarna - Diagnóstico y tratamiento

Los ácaros son transmitidos directamente por la madre a los cachorros dentro de la primera semana de vida, a través de un contacto directo. Es decir, la madre y el cachorro se deben estar tocando para que ocurra la transmisión y además, el parásito no puede sobrevivir fuera del animal. Esto es importante, ya que significa que la casa, el canil o la cama del perro no se contaminan y, por lo tanto, el ambiente no requiere ser tratado. En otras palabras, se transmite por contacto entre perro y perro. En el caso del cachorro, si aparecen lesiones, éstas se aprecian primariamente alrededor de la cabeza del cachorro, ya que es el área de mayor contacto con la madre. Virtualmente, cada madre transporta y le transmite ácaros a sus cachorros. La mayoría de los cachorros son inmunes a los efectos de los ácaros y no desarrollan signos clínicos ni lesiones. Sin embargo, existe un pequeño grupo de cachorros que no son inmunesy desarrollarán cuadros de sarna.

Signos Clínicos

Existe la sarna localizada, en la cual aparecen unas pocas lesiones aisladas en la piel (menos de 5), y la sarna generalizada en la cual hay más de 5 lesiones que por su extensión, abarcan a toda la superficie corporal. Las lesiones comprenden pérdida de pelo, piel roja, costrosa y que simultáneamente tiene una apariencia grasienta o húmeda. Mayoritariamente, la pérdida de pelo comienza alrededor del hocico, ojos y en otras áreas de la cabeza y cuando es generalizada, es en todo el cuerpo del animal. Diagnóstico La sospecha de sarna demodésica puede ser confirmada mediante una muestra o biopsia de piel, en la cual los ácaros pueden ser observados con un microscopio.

Tratamiento

El producto de elección para el tratamiento de la sarna demodésica es el amitraz, el cual se aplica tópicamente, si existen sólo lesiones localizadas, y en forma de baños frecuentes si es sarna generalizada. El tratamiento se complementa con la administración de ivermectina y también de antibióticos cuando el cuadro se ha contaminado secundariamente con bacterias. En la mayoría de los casos, la sarna es curable y controlable con un tratamiento persistente, exceptuando a aquellos individuos que tienen una depresión inmune.

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