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Perros y gatos

Desparasitación de tu tortuga (II)

Un rápido diagnóstico
La enfermedad parasitaria puede alterar la salud del animal por sí misma. Por ejemplo, un alto contenido de parásitos intestinales puede desencadenar otras enfermedades. Si estos habitan en la cavidad bucal, habrá una posible predisposición de estomatitis ulcerativa. La acción del parásito, por ejemplo, puede provocar taponamiento del tubo digestivo o de un vaso sanguíneo, entre muchas otras patologías.

El diagnóstico de estas dolencias se puede realizar con los métodos usualmente utilizados en mamíferos o aves. Las técnicas de observación microscópica de muestras de materia fecal son las que más se utilizan en reptiles. Es importante distinguir el aspecto de la materia fecal (marrón o grisáceo), y de los uratos (blancos), que suelen acompañar a la misma.

También se emplea el examen de frotis sanguíneo coloreado u otras técnicas para diagnosticar parásitos hemáticos por técnicas inmunológicas o histoquímicas. En ocasiones, el hallazgo aparece en una necropsia o examen del animal fallecido, o como un descubrimiento fortuito en los casos de recogida de muestras y procesamiento de sangre en una visita ordinaria al especialista. 

En las tortugas terrestres se encuentran varios parásitos, algunos de los cuales deben ser precozmente diagnosticados, ya que pueden causar la muerte del animal. Dentro de los protozoarios, un ejemplo es Entamoeba invadens, que es el agente causante de un cuadro caracterizado por una intensa inflamación del intestino delgado de los reptiles, afectando especialmente a los saurios, ofidios y quelonios.

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